La crisis sanitaria producto de la pandemia, reveló el faltante de una capacidad perdida en la Fuerza Aérea Argentina.
La decisión del Gobierno Argentino de adquirir una aeronave se precipitó como rayo ante el escenario de insuficiente movilidad aérea para responder ante las múltiples demandas.
La máquina elegida, un Boeing 737-700NG, que había pertenecido en primer termino a la empresa Ethiopian Airlines y luego a la escandinava SAS, se encontraba preservada en el aeropuerto St. Athan, en el Reino Unido.
La aeronave, matriculada T-99, de 17 años de edad, tiene piso reforzado para soportar carga (aunque no tiene el portón lateral) y motores de la versión 800, de 26.000 libras de empuje cada uno.
Fue adquirida a través de una licitación internacional convocada por OACI.
El organismo especializado de las Naciones Unidas brinda servicios (rentados) de cooperación y asistencia técnica a los países miembro en: contrataciones, adquisiciones, licitaciones y demás tareas que hagan al desarrollo seguro y ordenado de la aviación civil.
Once aviadores militares, ocho auxiliares de carga y nueve tripulantes de cabina de pasajeros pertenecientes a la Fuerza Aérea recibieron entrenamiento teórico y práctico en el Centro de Formación y Entrenamiento de Pilotos de la República Argentina (CEFEPRA), ubicado en el Aeropuerto Internacional Ezeiza.
La última etapa de puesta a punto del Boeing se hizo en talleres de México, donde recibió el un esquema gris de baja visibilidad.
La aeronave arribo en el día de hoy a las instalaciones de la I Brigada Aérea con asiento en el Palomar.
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